Claves para mejorar la ergonomía postural de tus empleados
Considerar la ergonomía y la higiene postural es crucial tanto para garantizar la salud y bienestar de los trabajadores, como para incrementar la eficiencia y productividad de las empresas.
Tanta es la relevancia, que se estima que un tercio del total de bajas laborales se debe a una falta de higiene postural en el entorno laboral (Fellowes), con las consecuencias negativas que ello supone. Por consiguiente, resulta fundamental saber cómo aplicarla correctamente para conseguir unas óptimas condiciones de trabajo de todos los empleados. Te contamos todos los detalles en este artículo.
Ergonomía e higiene postural: ¿A qué hacen referencia?
Ergonomía e higiene postural son dos conceptos estrechamente relacionados que a menudo se confunden, ya que ambos se refieren a la manera en la que los trabajadores interactúan con su entorno y la postura que mantienen al hacerlo.
Por una lado, la higiene postural se refiere al conjunto de normas, prácticas y técnicas que una persona debe adoptar para mantener una postura adecuada durante la realización de determinadas tareas de forma que no suponga riesgos para su salud.
Por su parte, la ergonomía postural se asocia con uno de los potenciales factores de riesgo que surgen de la interacción de un trabajador con su entorno, en concreto, el que considera a las posturas que se adoptan durante la realización de las tareas. Existen dos tipos: estática y dinámica.
Ergonomía postural estática
Se centra en garantizar el mantenimiento de una postura adecuada mientras se está en reposo o se realiza una actividad en posición estática. Por ejemplo, un monitor a la altura de los ojos o una silla con respaldo adecuado. Su objetivo es optimizar la alineación y distribución del peso corporal para minimizar la tensión en músculos y articulaciones.
Ergonomía postural dinámica
Se relaciona con mantener una postura adecuada mientras se realizan tareas que implican movimiento. Por ello, fundamentalmente aplica cuando los trabajadores realizan operaciones manuales, interactúan con equipos, herramientas o maquinaria o cuando deben desplazarse. Supone el uso de patrones de movimiento eficientes y seguros para prevenir lesiones y aumentar el rendimiento.
Importancia de la ergonomía e higiene postural en el trabajo
Mantener una postura correcta y contar con un espacio de trabajo ergonómico es esencial para prevenir lesiones y garantizar la productividad y bienestar de los empleados.
Principales dolencias como consecuencia de una incorrecta ergonomía postural en el ámbito laboral
Entre las principales dolencias derivadas de la adopción de posturas ergonómicas inadecuadas destacan:
- Trastornos musculares como mialgias, calambres, contracturas, lumbalgia o roturas de fibras musculares.
- Trastornos en tendones y ligamentos, especialmente tendinitis, tenosinovitis y gangliones.
- Trastornos en articulaciones, siendo frecuentes las hernias discales, la bursitis, la artrosis y la artritis.
- Trastornos y alteraciones de los nervios por compresiones, estiramientos, atrapamientos, por ejemplo, el síndrome del túnel carpiano.
- Trastornos vasculares provocados por alteraciones del riego sanguíneo en las extremidades.
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Beneficios de una correcta ergonomía postural en el ámbito laboral
El énfasis en una correcta ergonomía postural no solo sirve para prevenir lesiones y dolencias, sino que también es una inversión en el bienestar integral y la productividad de los trabajadores. Al adoptar prácticas ergonómicas, los empleados experimentan una disminución en el estrés físico y la fatiga, que se traduce en un aumento del rendimiento.
La comodidad y la salud en el espacio de trabajo son cruciales para mantener la concentración y eficiencia, reduciendo el número de errores y mejorando la calidad general del trabajo.
4 consejos clave para mejorar la ergonomía e higiene postural de los trabajadores
1. Evaluaciones preventivas de posturas
Realizar evaluaciones preventivas es el primer paso hacia un entorno laboral ergonómicamente eficiente. Para ello, será necesario contar con técnicos prevencionistas que se centren en observar la postura de los trabajadores mientras realizan sus tareas diarias, identificar riesgos potenciales y ofrecer soluciones personalizadas. Además, será preciso hacer seguimiento periódico para medir el progreso y realizar los ajustes necesarios para garantizar que las intervenciones sean efectivas a largo plazo.
2. Rediseño del mobiliario y espacio de trabajo
El diseño del espacio laboral desempeña un papel crucial en la ergonomía. Existe una premisa básica en este sentido: el mobiliario debe adaptarse a las personas y no al revés. Invertir en sillas ergonómicas con soporte lumbar adecuado, escritorios ajustables que permitan alternar entre estar sentado y de pie, y otros accesorios como teclados y ratones ergonómicos puede marcar una gran diferencia. Además, es esencial considerar la disposición del espacio, asegurarse de que la iluminación sea adecuada y garantizar que los trabajadores tengan espacio suficiente para moverse y estirarse.
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3. Programación de descansos
La constante repetición de movimientos o la permanencia prolongada en una postura pueden llevar a tensiones y lesiones. Por ello, conviene programar descansos regulares y promover la idea de «pausas activas» para que los empleados puedan levantarse, estirarse y relajarse. Estos descansos no solo mejoran la salud física, sino que también contribuyen a reducir la fatiga mental.
4. Capacitaciones a empleados
La educación es un pilar fundamental en la ergonomía. Organizar talleres o sesiones de capacitación sobre higiene postural puede proporcionar a los empleados las herramientas y conocimientos necesarios para cuidar su salud. Estas capacitaciones pueden abordar temas como técnicas de levantamiento seguro, la importancia de cambiar de postura, estiramientos recomendados y cómo configurar un espacio de trabajo ergonómico. Empoderar a los empleados con esta información puede llevar a una mayor adherencia a las prácticas recomendadas.
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